El país estaba gobernado por
un joven terrateniente, hijo del antiguo dueño de estas tierras, junto con sus
fieles consejeros, llamado Josephus Lucius.
Los años de paz transcurrían, siempre bajo la atenta mirada
del malvado Rufus, que desde hacía mucho tiempo, deseaba con fervor hacerse con el poder, y ser él el Gobernador
de Spanien. A pesar de ser un fuerte enemigo, no irrumpio estos años de paz, pese
a su destierro, y constantes amenazas de invasión. Esperando la llegada de su
oportunidad.
Un buen día, las cosas comenzaron a cambiar, no fue rápido, sino un proceso lento, que traería unas duras consecuencias. Poco a poco, los habitantes fueron teniendo menos ganancias, las cosechas empeoraron, la pesca, abundante en otro tiempo, se hizo inexistente, lo que supuso que no pudieran pagar los tributos a Josephus Lucius, la pobreza fue apoderándose del territorio…
Qué medievales somos. |
Un buen día, las cosas comenzaron a cambiar, no fue rápido, sino un proceso lento, que traería unas duras consecuencias. Poco a poco, los habitantes fueron teniendo menos ganancias, las cosechas empeoraron, la pesca, abundante en otro tiempo, se hizo inexistente, lo que supuso que no pudieran pagar los tributos a Josephus Lucius, la pobreza fue apoderándose del territorio…
Al disminuir la cantidad
recaudada por los recaudadores, el Gobernador subió los impuestos, ante este
descontento, el pueblo comenzó a protestar, pronto estas protestas dieron lugar
una serie de revueltas…
Los días de paz y armonía
habían acabado… Rufus sabía lo que tenía que tenía que hacer, debía
aprovechar la situación, pues otra como ésta, nunca se volvería a dar. Comenzó
a acudir primero a las tabernas, donde empezó a explicar a los habitantes que
allí estaban, que él podía ayudarles, que sabía cómo, y que lo haría.
Pronto, sus charlas fueron
tomando mayor importancia, puesto que cada vez era más gente la que se agolpaba
para oírle. Los habitantes necesitaban creer, estaban desesperados…nunca se
había complicado tanto su situación, como ahora.
Los habitantes le creyeron, y
pronto se agolparon en las puertas del castillo de Josephus Lucius, querían que
se fuera, que se marchara, le echaban la culpa de su situación. Poco tiempo
después y tras constantes revueltas, abandonó sus tierras y se marchó.
Rufus lo había conseguido,
era el nuevo Gobernador de Spanien, gobernador o amo, como después se vio…..
Los habitantes llenos de
júbilo y esperanza celebraron la llegada de su nuevo gobernador, convencidos de
que su suerte acababa de cambiar, y que la situación cambiaría, para mejor.
Pronto, el nuevo gobernante
se estableció en el castillo con todos sus consejeros y personas de confianza.
Pero la situación no mejoró, sino por el
contrario la situación empeoró…
Continuará…
Texto: Conchi
Imagen: S.Piquer
Texto: Conchi
Imagen: S.Piquer
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