El mito de la cesta de Navidad.

Queridos amigos la Navidad ya empieza a asomar la nariz por nuestras puertas y con ella una amalgama de creaciones e ilusiones mitológicas fascinantes que llenan desde nuestra más tierna infancia hasta la ya muy aburrida madurez. Uno de los grandes mitos de la Navidad adulta es LA CESTA DE NAVIDAD.

La primera “cesta de Navidad” que yo vi en mi vida pertenecía a mi madre y fue como la primera vez que vi a un “Rey Mago”; estado de shock hasta que olí el chorizo. Luego vino mi primera y única “cesta de Navidad”, nunca olvidare el momento en que mí encargada del Strafalarius nos aviso de que habían llegado “las cestas”. Para mí fue tal la sorpresa que pensé que esa era la señal inequívoca de que por fin había dejado atrás todos esos trabajos cutres, con jefes malvados……yo tenía una cesta de Navidad, era merecedora de una cesta de Navidad, como si se me señalara como una renovada Cratchit cuando recibe la gran noticia de la milagrosa reconversión de Scrooge.  Luego como siempre, la realidad me soltó una ostia.

Pero…. ¿Qué es la cesta de Navidad?

Pues básicamente una caja de cartón con viandas, y metafóricamente hablando, una manera de que la empresa haga su buena acción del año con los trabajadores y echarse el pisto con ellos. Porque no nos engañemos, lo de la cesta de Navidad hace ya muchos años que no nos ocurre a la mayoría, porque…. ¿Quién ha dicho que tengamos que tener un detalle con aquellos que se comen el trabajo de diez personas más solo porque nosotros prefiramos repartirnos beneficios a mantener a la plantilla?

¿Y luego se preguntan los europeos porque robamos material de oficina de la empresa? Veniros a vivir a España una temporada y ya me contaras lo del bolígrafo que misteriosamente desapareció junto con tres paquetes de pos it.

Yo este año, como todos los anteriores desde que empecé en esta mi muy “internacional empresa”, no tendré “cesta de Navidad”, ni me darán libre Nochebuena para que pueda ir a ver a mi familia que vive lejos……..así que habrá que compensar la cesta, ya sabeís: más huelga general, gastar más folios, etc...

Silvia Piquer.