30 octubre 2013

Lo que nadie quiere decir.




Ayer vi la entrevista que Jordi Évole le hizo a Arturo Pérez-Reverte. Nos guste o no este periodista y escritor en esta entrevista se carga con la responsabilidad  de decir aquello que en el fondo todos callamos. Que la crisis en el fondo no sirve para nada pues cuando acabe nada habrá cambiado. Miro a mí alrededor y veo lo mismo que veía hace siete u ocho años. Yo me empeño en encontrar cosas buenas en esta crisis porque a mí me ha cambiado en muchos aspectos pero es verdad que en general seguimos estando en el mismo punto.

A nuestra generación esta crisis nos ha dado una ostia de realidad, pero después del golpe inicial nada parece realmente haber cambiado.  El escape de cerebros a otros países no ha hecho que cambiemos nada, “En este país damos el puñetazo en el bar pero luego miramos si nos han quemado el coche”, esta frase resume mucho de lo que seguimos siendo.

¿Somos críticos con nuestra realidad? No lo suficiente.

Cuando se acabe la crisis ¿seremos más críticos con nuestra sociedad, con la economía?
Seguimos anhelando una casa propia, un coche, un buen sueldo, y esa será siempre nuestra condena pues hará que arrastremos problemas que no nos pertenecen, que pertenecen a generaciones muy posteriores. 
Arrastramos la monarquía, la Iglesia, esa “nueva aristocracia” que son los políticos. Todo el mundo desea un cargo público, un buen sueldo y vivir lo más cómodamente posible. El mundo exterior se convierte en un ente desdibujado del que no queremos ser conscientes, porque ser conscientes de él conlleva una responsabilidad que no queremos asumir.

La gente sigue queriendo que todo sea fácil, que sea como antes. Pero si ya somos totalmente conscientes de que el modelo económico que nos imponen no es efectivo a largo plazo, porque esta es la segunda vez que falla, si vemos eso ¿Por qué no queremos cambiarlo?


¿Bajo qué excusa nos resguardaremos esta vez?


Silvia Piquer.

02 octubre 2013

Como va el No Impacto.






Como algunos recordaran uno de mis propósitos para este año era el de reducir mi impacto en el medioambiente o como denomina mi compañera de blog “no comprar cosas dos veces envasadas”. Pues bien como a la mayoría de las personas a las que les explico de qué va esto se quedan patidifusas o simplemente piensan que me he vuelto gilipollas os voy a explicar un poco más detalladamente en que esta consistiendo este experimento que ya es una costumbre muy bien adquirida.
      
      1.       No comprar cosas dos veces envueltas.
Qué cosa más tonta diréis, pues os puedo asegurar que algo tan tonto es una de las cosas más difíciles de conseguir. Cuando uno entra en un supermercado con esta mentalidad se da cuenta de que las cosas que puede comprar son muy muy pocas. Casi todo esta sobre envuelto en plástico de una manera alarmante, y esto incluye en muchos casos la comida ecológica. Todo lleva su bolsa externa de plástico, más las bolsitas de plástico que separan individualmente cada cosa, en algunos casos incluso, otra bolsa de plástico separa en porciones cada cosa envasada ya individualmente. Yo a esto lo llamo la Plastic Party. Vamos un despliegue de ecologismo en toda regla, porque reciclar está muy bien pero si tiramos basura separada todos los días el resultado es el mismo, basura.

      2.       Alternativas a la Plastic Party.
Las alternativas son básicamente cuatro: latas, vidrio, cartón o comprar fresco. Esta última sobre todo relacionada con cosas como la carne o las verduras que también van envueltas en plástico. Esto claro es posible para gente que tenga tiempo para ir al mercado, también es posible ir al mercado de abastos un sábado pero claro eso conlleva invertir tiempo en ello, que es lo que nos ha llevado en muchos casos a esta vorágine de basura que nos rodea. Es solo un pequeño esfuerzo, uno se levanta el sábado y va a comprar la carne, las legumbres, las verduras, etc... en el mercado, ahorrando así envases y tirando menos basura. Otra de las ventajas es que la mayoría de los tenderos saben perfectamente el lugar de origen de sus productos y por lo tanto sabemos de primera mano si lo que compramos es local, que ayuda no solo a la economía cercana sino que rebaja el uso de transportes y por tanto gasolina y ya sabéis. Yo compro incluso el té a granel, solo me queda encontrar un sitio en Madrid donde vendan la pasta y el arroz, si alguien sabe de alguno que avise.

      3.       Ropa y complementos.
Otra de las dificultades es la de encontrar ropa fabricada en nuestro país, así que yo he optado por el “tú haces limpieza de armario y yo me quedo con lo que no quieras”, también esto ayuda cuando no tienes ni un duro porque esto es un bis a bis, tú haces limpieza y me avisas, yo la hago y te aviso a ti. Otra opción es arreglar esa ropa que tienes escondida en una esquina del armario y no te pones por causas mil. Otra es la del consabido “mercadillo”, y así de paso te tomas un café con la gente, como las reuniones de tuperware que tanto éxito tenían. Reutilizar es de sabios y es barato barato.

      4.       Starbucks caca, cantimplora es bien.
Consumir para llevar es otra de los grandes agujeros del plástico y la basura a espuertas. Yo me compre una cantimplora ( Bpa free, que son las que no sueltan cosas químicas en el agua) para dejar de comprar botellas de agua en el trabajo y a día de hoy puedo decir que he ahorrado un pastizal y que a ese nivel mi consumo en plástico es 0.

Todo esto ha sido el cambio principal, poco a poco se ha convertido en una costumbre tan arraigada que cuando voy al super ya se de antemano lo que puedo comprar y lo que no, y el hecho de no poder comprar muchas cosas (cruasanes de chocolate, y napolitanas y todas esas cosas tan ricas y poco sanas) me ha hecho alimentarme mejor y sobre todo aunque parezca una tontería ahorrar un montón en la compra y ser muy creativa con la comida. 

Por supuesto sigo comprando alguna que otra cosa envuelta en plástico porque repito, tampoco hay que radicalizarse que luego no hay quien nos aguante, y porque a veces es totalmente imposible no hacerlo pero buscar alternativas tampoco está mal. Por otro lado puedo asegurar que mi basura se ha minimizado bastante y eso me hace ilusión porque es visible lo que hago.

Así que ya sabéis apuntarse es fácil, conseguirlo un poco difícil, pero la satisfacción es inmensa.


Silvia Piquer.

Video: La historia de las cosas_ Annie Leonard